Un elemento esencial para desarrollarnos como individuos y empresarios es tener confianza. Confianza en nuestro negocio, empleados, suplidores y clientes. Confianza en nuestra economía y entorno. Y hasta confianza en nuestros competidores, ya que rodeados de calidad y comportamiento ético, todos nos crecemos y buscamos mejorarnos.
Recuperar la confianza es uno de los grandes retos que tenemos como País. La convicción que “todos unidos podemos superar esta crisis”, es esencial.
Si no nos convencemos nosotros mismos, ¿qué pensará el mercado de capital, los asesores externos, inversionistas, funcionarios federales o políticos en D.C. (y en el mundo), que están observando nuestro caso?
Para ilustrar la importancia de confiar, comparemos la deuda de Japón contra la nuestra. La deuda japonesa es 246% de su GDP. Mientras que la nuestra es alrededor del 70%, por estimar.
Aunque Japón tiene unas flexibilidades macroeconómicas superiores en comparación con Puerto Rico (y Grecia), resulta revelador que gran parte de la deuda japonesa está en manos de instituciones e individuos dentro del País, quienes confían en la habilidad colectiva de pagar la deuda.
Ante todas las cosas que tenemos que atender, debemos enfocarnos en reinventar al País para recuperar la confianza en nosotros mismos.