Vicepresidenta Ejecutiva - APPR
Hace un par de semanas, Ramón Pérez Blanco, presidente de nuestra Asociación, presentó la interrogante de porqué no nos ayudamos nosotros mismos en la columna titulada “Reforma laboral”.
Al compartir la reflexión con personas de diferentes gremios empresariales y profesionales, las historias de horror se repetían. Ejemplos de conductas que claramente indican que la listería y la corrupción están sumergidas en la siquis de nuestros ciudadanos. La corrupción es a tal grado que ya se da la modalidad que funcionarios públicos de menor jerarquía, como lo es un guardia de seguridad o empleado de mantenimiento de una agencia, ofrecen conseguir una reunión con algún director por un buen precio. Lo peor de todo es que la oferta tiene demanda. Muchos caen para luego no conseguir nada.
Entonces, ¿por qué somos tan corruptos? ¡Porque no nos ayudamos! El sector privado lleva tiempo proponiendo cambios a la estructura legal de permisos y licencias a los fines de que construir y establecer negocios sea más fácil y rápido, para hacernos más competitivos y atractivos para la inversión de capital nacional y extranjero.
Dejar la legislación de permisos cómo está, desde la cantidad de permisos que se exi- gen y quién los otorga, empuja a las acciones ilegales y corruptas que conocemos.
Pero, nuestro cinismo es tan grande que peleamos ante la posible creación de una Junta de Control Fiscal Federal, esperando a la vez una solución des- de allá como maná del cielo.