APPR
A menos de un mes de las elecciones generales, muchas personas expresan que no votarán pues entienden que, ante la presencia de la Junta de Control Fiscal, la figura del Gobernador y legisladores no tendrá poder alguno.
Sin embargo, estamos viviendo un momento eleccionario atípico y extraordinario y estas elecciones son las más importantes y relevantes en la historia moderna de Puerto Rico.
La Junta es una realidad y su rol es uno muy específico. Por la composición de sus miembros y de nuestros viajes con la Coalición del Sector Privado, se vislumbra un choque entre pensamientos republicanos y demócratas.
Ante ello, ese debe ser el primer objetivo del Gobernador electo: lograr un balance a los fines que ese enfrentamiento republicano-demócrata afecte los menos posible nuestra situación económica y social y evitar que la Isla sea víctima del fuego cruzado partidista americano.
Además, le corresponderá a nuestros funcionarios electos buscar la forma de estimular y desarrollar la economía. Habrá que trabajar fuerte para que las medidas federales que ha estado impulsando la Coalición se logren y sean adoptadas y que las mismas tengan un eslabonamiento con el empresario local.
Por otro lado, será su deber elaborar medidas y planes económicos que tengan como prioridad la empresa puertorriqueña y su desarrollo.
Todos los funcionarios electos, comenzando por la posición de la gobernación, tienen un rol crítico ante la Junta. Durante este cuatrenio se decidirá el futuro económico de Puerto Rico.
Dejar sola a la Junta y dejar de votar no es opción.