Ex-Presidenta APPR
Las pasadas semanas han sido una mezcla de deterioro de nuestros valores, miopía de política pública y desenfoque de prioridades. Aunque al mismo tiempo está el otro renglón de la población que está trabajando para desarrollar emprendedores, buscando nuevas oportunidades para personas con alguna discapacidad y junte de fuerzas para un mejor ambiente de negocios. Sin embargo, éstos últimos no tienen tanta cobertura mediática pero está ocurriendo.
En este momento histórico de nuestra Isla, debemos enfocarnos en la manera en que podamos colaborar para hacer un cambio verdadero. Debe ser un cambio personal, familiar, profesional y comunitario en el cual logremos impactar nuestro entorno y nuestra comunidad. ¡Basta de críticas vacías! Hay que hacer algo para cambiar lo que nos molesta.
Hablar con los hijos sobre el valor que representan los maestros en formar ciudadanos educados y responsables. Sé el primero en respetarlo y entender que los hijos son el reflejos de nosotros mismos: sus padres.
Haz algo diferente en familia. Por ejemplo, aprender, al menos una vez en semana, una palabra en lenguaje de señas. Tenemos tanto que aprender de la comunidad sorda, que representa más de 200,000 puertorriqueños que viven marginados por el poco acceso a comunicación y servicios orientados al sordo.
El mayor recurso que tiene Puerto Rico es su gente. Desarrollar nuestro recurso humano a su mayor capacidad tiene un impacto positivo en el crecimiento socio económico del país. Pero el adiestramiento académico no es la única capacitación, es un deber enseñar y ampliar su base de principios”.
Acepta el reto Puerto Rico: ¡ubícate y actúa!