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Como dicen en una famosa canción: “si del cielo te caen limones, aprender a hacer limonada”. Parece que están cayendo muchos porque nos han rodeado con un quiosco de limonada en cada esquina. Quizás para algunas personas se interprete como abrumador la sobrepoblación de estos puestos, pero deberíamos interpretarlo como la existencia de personas que sí quieren emprender y hacer las cosas bien. Ellos necesitan ser impulsados al mundo del empresarismo, ser más eficientes, ampliar sus negocios y convertirlos en una empresa. Sea de limonadas u otro servicio o producto. La importancia de este momento que está viviendo Puerto Rico a nivel empresarial, debe llevarnos a que nuestro objetivo sea enfocarnos no solo en la creación de empleos, sino en la creación de nuevos empresarios, identificando al mismo tiempo el capital local, que pueda invertir en ellos. Esto se logra trabajando diferentes asuntos de forma integral. Primero, son indispensable la reformas al cuadro jurídico que afecta el costo de hacer negocios. Y, no solo se trata del mercado laboral, sino del organigrama de permisos en nuestro País, que empuja a las personas a mantenerse en la economía informal en el mejor de los casos, y en el peor, la desincentiva a ejecutar su idea de negocio. Segundo, el currículo educativo tiene que cambiar, tenemos que establecer una nueva mentalidad, sembrando la semilla empresarial.