Los puertorriqueños llevamos alrededor de un año con gran incertidumbre sobre el futuro de la Autoridad de Energía Eléctrica.
La situación se agrava por las múltiples extensiones en los acuerdos de indulgencia con los acreedores.
Sin embargo, la semana pasada, anunciaron un acuerdo para aliviar la situación financiera de la entidad, que representará pasos positivos y significativos para todas las partes envueltas.
Estos acuerdos, sin entrar en sus virtudes y defectos, dan indicios a que, finalmente, se vea la luz al final del túnel. De que los acreedores estén dispuestos a sentarse, y a llegar a acuerdos en los cuales todos nos veamos afectados de la menor forma posible, es un gran paso.
El ahorro que supone esta iniciativa debe reinvertirse agresivamente en mejorar nuestro sistema; tanto en su confiabilidad como en el servicio y la infraestructura para, eventualmente, llevarnos a una reducción de costos que permita a su vez que la manufactura en Puerto Rico sea más competitiva.
Esperamos que este acuerdo se convierta en modelo para lograr compromisos similares a nivel del País entero.