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10 de nov 2015

La trampa eleccionaria

Ramón Pérez Blanco

APPR

¡Se abrieron las compuertas! Y no son las de las represas de la AAA, sino las compuertas de las candidaturas, aspiraciones y carreras políticas. ¿Quién se postula? ¿Cuántos candidatos aspiran a la misma posición? ¿Es el mejor candidato? ¿Renunciarán funcionarios del gabinete con aspiraciones políticas? ¿Quiénes se quedan? ¿Quiénes no? Luego comienzan las encuestas y el análisis constante, incesante y, francamente, agotador.

El País se entretiene en esta conversación que tanto le gusta a muchos puertorriqueños. Lamentablemente a diferencia de otros ciclos eleccionarios atravesamos un momento histórico donde los procesos políticos tradicionales son insuficientes.

Esta crisis no la arregla ni un candidato, partido, o sector particular. Sólo la arregla la voluntad combinada de todos los sectores, todos los partidos y todos los que aquí vivimos. No olvidemos que enfrentamos una situación de mucha incertidumbre donde desconocemos cuáles serán las consecuencias reales.

¿Cuál es el impacto macroeconómico de un cierre parcial o total del Gobierno? ¿Acaso no nos afectamos todos si llegamos a esto? ¿Qué pasa si no tenemos éxito negociando con los acreedores?

No es una posibilidad perder el enfoque. No caigamos en la trampa de simplificar la discusión en el discurso político. Si seguimos repitiendo lo que nos trajo hasta aquí, el que gane, no tendrá mucho que gobernar.

Puerto Rico no aguanta hasta las próximas elecciones.