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22 de dic 2015

No comen ni dejan comer

Ramón Pérez Blanco

APPR

Cuando una empresa privada pasa por un proceso de reestructuración, es esencial mantener bien informados a todas las partes afectadas.

En el caso de Puerto Rico no se ha articulado efectivamente el plan a la luz de los múltiples obstáculos. Ante la falta de una ruta clara de próximos pasos, se crea una incertidumbre gigante con un impacto macroeconómico negativo que afecta todo el País. A esto se le suma las actuaciones de Estados Unidos y su renuencia a dar herramientas para tener un proceso adecuado y ordenado que mitigue la incertidumbre.

Lo que más molesta es el doble discurso de personas de allá y acá. Por un lado, dicen que Puerto Rico tiene que cumplir con sus obligaciones por encima de la realidad económica del país. Por el otro, no ofrecen las herramientas adecuadas para que la Isla pueda cumplir. Aún a sabiendas que la historia está repleta de ciudades, países y empresas que han pasado por procesos de restructuración y ahora están en excelentes condiciones. No estamos pidiendo limosna, estamos pidiendo que podamos negociar con los acreedores en un proceso de reorganización de deuda ordenado.

No tenemos el Capítulo 9 de Quiebras, porque hay un batallón de cabilderos de fondos buitres, intentando repetir el modelo de negocio que han seguido en otras jurisdicciones, y lo peor es que tienen gente aquí, en el sector público y privado, que le juegan el juego.
Este es un momento que amerita transparencia absoluta. Además, de seguir con los esfuerzos de cabildeo en Washington.