Esta semana volví a escuchar a otro locutor radial comenzar una entrevista con el estribillo de “no estoy aquí para hacerle relaciones públicas a nadie”, antes de presentar a su invitado, al cual le iba a cuestionar por ciertas decisiones políticas que ha realizado recientemente.

Esto no es un secreto a voces. Por años se ha estado usando este estribillo por muchos comentaristas, locutores y hasta miembros de la prensa, como un enfásis para darle cierto tono de seriedad a la entrevista a realizar y que no van a estar “adornado” la misma con “palabrerías” o con información “menos” importante.

Es meritorio aclarar que los relacionistas profesionales trabajamos un asesoramiento estratégico y la creación y sostenimiento de un proceso de comunicación efectiva. Somos canales de información entre los clientes y los diversos públicos. Por tanto, no buscamos interferir, ni evitar u obstaculizar cualquier información que necesite ser compartida. Y no debemos permitir que se interprete lo contrario.

Es nuestra responsabilidad que identifiquemos, defendamos y denunciemos cualquier comentario o comportamiento de cualquier persona, no importa quién sea, que intenta, por más pequeño que parezca ser, desprestigiar nuestra profesión.