Ex-Presidente APPR
Nos tocó el momento de vivir un cambio fundamental en nuestra zona de “confort” que nos obligará a pensar y ejecutar estrategias dirigidas a un fin común: el crecimiento económico.
El éxito está plasmado en nuestra capacidad de abrir nuestras mentes y pensar fuera de la caja. Tenemos que hacer el ejercicio, que en ocasiones es difícil, y pensar y preguntarnos: ¿cómo lo hago mejor?, ¿cómo soy más eficiente?, ¿cómo genero mayores ingresos o aumento ventas?, ¿cómo mi familia, mis empleados y mi comunidad se pueden beneficiar de un mejor diseño de la acción económica que yo género?
El gobierno tiene que ser un aliado y facilitador incondicional en este nuevo proceso liderado por cada ciudadano que quiere progresar y aportar en nuestra tierra.
A veces subestimamos el poder que tenemos y del impacto que cada individuo puede tener en nuestro entorno. Este poder existe y está ahí, solo tenemos que eliminar la distorsión, pensar un poco y ejecutar sin miedo. Todo está en nosotros.
Primero, logremos la unión de propósitos como paso angular para lograr el fin común de crecimiento porque el éxito de un puertorriqueño se termina convirtiendo en el éxito de todos. Así es que los países exitosos crean sinergias de igual nivel entre el ciudadano, empresa y gobierno. Y los puertorriqueños no tenemos que ser la excepción. Tenemos que tener una visión de futuro, ejecutar lo que sabemos, reinventarnos y hacerlo, no por individualismo, sino por todos.